Cincuenta años han pasado desde que se implantó en España el cribado neonatal, también conocido como la prueba del talón, a instancias de Federico Mayor Zaragoza, cuando era catedrático de bioquímica en la Universidad de Granada, y actual presidente del Consejo Científico de la Fundación Ramón Areces.

Esta prueba ha permitido que casi 400.000 niños en España se beneficien anualmente de la detección precoz de trastornos tratables en recién nacidos, la mayoría de índole genética y que afectan al metabolismo, según ha explicado María Luz Couce, del Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela y miembro de la Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Raras (Ciberer), durante su intervención en la jornada 50 años de cribado neonatal en España. ¿Cómo afrontamos el futuro?, celebrada en la Fundación Ramón Areces, en Madrid, y organizada junto al Ciberer.

Antonia Ribes, de la sección de Errores Congénitos del Metabolismo, del Servicio de Bioquímica y Genética Molecular, del Hospital Clínico de Barcelona, ha recordado que en España la cartera de servicios mínima del cribado neonatal es de 7 enfermedades, de las que cuatro son metabólicas, y se irán incorporando progresivamente otras patologías. En Europa, sólo Italia incluye 40 enfermedades en el cribado neonatal.

Ribes ha recordado que el cribado prenatal es una actividad de prevención secundaria y de salud pública dirigida a identificar a los recién nacidos asintomáticos para llegar a un diagnóstico definitivo y poder aplicar un tratamiento adecuado que “permitirá la eliminación o la reducción significativa de la discapacidad y de las secuelas asociadas”.

Fuente: Diario Médico. Isabel Gallardo Ponce